Hoy por un segundo,
me olvide de todo
y no olvide nada.
Me dedique a leer
y recordé tus viejas cartas
tus tontas cartas
tus ahora tristes cartas
Quise encontrarlas
pero no estaban atadas a mi corazón
como temí...
Solo estaban apiladas
en el rincón más oscuro de mi cuarto
ahí guardando polvo
ahí vacilantes e inofensivas
Ahí permanecen todavía...
Ya aprendí que no vale la pena
abrir viejas heridas....