Llorar

¿Saben que duele más que llorar?
Llorar sin derramar lagrimas. porque con las lagrimas lavamos las heridas de nuestro corazón y de nuestra alma, siguen abiertas pero ya están listas para sanar, solo les falta tiempo. Pero sin lagrimas ¿Qué? las heridas siguen abiertas, con un dolor punzante y ensuciándose cada vez más, volviéndose casi imposibles de sanar, volviéndose cicatrices que sangran de vez en cuando.

Porque llorar sin lagrimas es el dolor puro socavando en lo más recóndito de nosotros, en los recuerdos buenos y en los malos, en nuestros secretos, en lo que somos, en lo que queremos ser. En nuestros sueños y fantasías, en nuestras pesadillas. Socavando y alojándose ahí, para no ser un mal inquilino que podemos echar con la determinación adecuada, sino para ser nosotros mismos. Congelándonos el sentimiento, cortando y uniendo a su placer nuestro presente, nuestro futuro.

Y saber que no podemos hacer nada para cambiar eso. Cambiando, sin saber en que. Cambiando, matando la confianza en todo. Cambiando, aceptando lo que sea. Cambiando, cansándonos de vivir, de intentar, de seguir.

*Hola, pequeña lagrima... llegas tarde, llegas tarde*